30 diciembre 2009
El pergamino se deshizo en mis manos
convirtiendose en ceniza.
Siete mares crucé, siete montañas
y en la ultima hallé la cueva del misterio.
De las gaviotas y los peces comida,
resulto el guardián de la guarida.
…Latia lentamente el corazon sin ti…
Las brujas y los magos y las profecias
los caballos blancos poseedores de un cuerno
los dragones rojos que abrazan con fuego
desearon el silencio
oyendo latir de nuevo
el destino, el corazón del tiempo.