1 noviembre 2016
Yo se que no he sido una santa,
me dejé llevar por la tontería.
Pero creo que ya he pagado lo mío.
Caminando a través de la noche
de esta noche, la primera en el origen del hombre.
¿No tengo derecho a encontrar
como tantos otros
una luciérnaga en el camino,
que me haga mas amena
esta oscuridad que me rodea?
¿Por qué no es mi destino?
Aquí tu Luciérnaga: «Hijos de Dios. —Portadores de la única llama capaz de iluminar los caminos terrenos de las almas, del único fulgor, en el que nunca podrán darse oscuridades, penumbras ni sombras.
—El Señor se sirve de nosotros como antorchas, para que esa luz ilumine… De nosotros depende que muchos no permanezcan en tinieblas, sino que anden por senderos que llevan hasta la vida eterna.»
Bsñs 😉