Temo a la muerte,
y no por la mía precisamente.
y tengo miedo a la vejez y su tristeza.
Pero sobre todo temo a la represión,
porque impide el desarrollo natural y feliz
del hombre y la sociedad,
y nos hace sufrir,
y a los abusos de poder,
y al paternalismo que disfraza
un vil sentimiento de superioridad,
y a la sobreprotección que no respeta las
palabras y actos libres del ser humano.
Ojalá que el miedo huya de mi o se desvanezca.
Por miedo al poderoso gigante,
fui obligada a tocar para él
mi flauta dorada del viento.
Y así pasó mucho tiempo…
Pero al fin, espiándole, descubrí el engaño,
pues, manejando al enorme gigante, dentro,
se escondía un pequeño anciano,
arrugado y encorvado, de cabello blanco
quien, al verse descubierto, huyó rapidamente
Ocultándose en las sombras de la noche.
convirtiéndose en serpiente para siempre.
Torturada por el hambre,
la inseguridad y la incertidumbre,
pasaron los años lentamente.
Me cerraron las puertas,
no encontré piedad en su mirada
de fuego.
Ahora con el dolor del superviviente
Me he convertido en ser-serpiente,
y clavo mi veneno
en el corazón de los dioses;
el Sexo, el Poder y el Dinero.
Vivimos deprisa y sin pensar,
qué significa la vida que viene y se va, como un sueño.
Por qué estámos atrapados en un secreto.