Reseña publicada en La Playa de Madrid, diciembre 2015

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Madre e hija

Edvard Munch fué un pintor noruego. Nació en 1863 y murió en ese país en 1944. Precursor del expresionismo, Munch tuvo una vida atormentada y solitaria, afectado por crisis nerviosas y alcoholismo. Pero aun así realizó nada menos que  28.000 obras, entre pinturas, grabados y dibujos.

Los temas de Munch son la enfermedad, la muerte, el amor, la angustia, la soledad y el erotismo. La exposición hace un recorrido por todas sus obsesiones agrupadas por un criterio temático, sin interesarse demasiado por la fecha de ejecución de la obra.

Sobre su obsesión por la enfermedad y la muerte, decir que cuando tenía cinco años enfermó y murió su madre, y pocos años después su hermana mayor. Eso nos hace ver con otros ojos algunos cuadros de la exposición, como Madre e hija

Pero no solo hay muerte. También el amor o el erotismo están muy presentes en su pintura. Munch tuvo muchas amantes, en especial la que mas aparece en sus cuadros, imagen de la femme fatale: Tulla, pelirroja de ojos verdes, a la que Munch se refiere como La Vampira, con quien tubo una apasionada relación. Finalizó cuando ella se hizo con un revolver y le voló a Munch el dedo corazón de su mano izquierda.

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Mujer vampiro en el bosque

Curiosamente, de ahí en adelante, el pintor, víctima del síndrome del miembro fantasma, siente y pinta su dedo de color verde.

“Munch es mucho más que el grito” es eslogan no oficial de la expo. Hay que advertir que El Grito no está presente en la exposición. Solamente un grabado de 1895.

El Grito es su obra mas famosa, un icono universal. Tanto que Andy Warhol realiza estampaciones utilizando esta imagen. El cuadro expresa una profunda angustia existencial. El paisaje del fondo es Oslo visto desde la colina de Ekeberg. En su época fue tan escandaloso que hubo un crítico que recomendó a las mujeres embarazadas no ver el cuadro.

No existe un solo Grito, Munch realizó cuatro versiones, entre 1893 y 1895, con témpera y oleo sobre cartón. Tres de ellas están expuestas en museos de Oslo y la última fue vendida en 2012 en Nueva York por 119,92 millones de dólares. Esto creó una gran polémica, debido a la creencia de muchos acerca de lo absurdo que es dejar el arte en manos caprichosas de los especuladores.

Por último, un par de apuntes técnicos: las xilografías y litografias expuestas en la sala son grabados realizados sobre plancha de madera, y plancha metálica respectivamente. Los colores de los cuadros contrastan entre ellos de manera rotunda y destaca un uso acuarelado del oleo, es decir, la utilización de oleo muy diluido, como sello característico de la pintura de Munch. // Teresa Irisarri
Edvard Munch. Arquetipos.

Museo Thyssen-Bornemisza
Del 6 de octubre 2015 al 17 de enero de 2016

Horario:
L- D  10-19 h.
Sábados de 10-21 h.

Precio: 11€. Combinada con museo 17€ y con La ilusión del Lejano Oeste: 14€